Salud

Dr. Cristián Blanco, Traumatólogo de Clínica Colonial aborda la lesión de meniscos y sus principales implicancias

Definido como cartílagos gomosos y duros (interno y externo) con forma de C que actúan como un cojín que amortigua los constantes impactos entre el fémur (muslo) y la tibia (pierna), los meniscos tienen como función indispensable la protección de las rodillas, que son un tipo de articulación que soporta carga, a diferencia de otras como la muñeca y el codo.

Así lo manifiesta el Dr. Cristián Blanco, Traumatólogo de nuestra clínica, quien agrega que cualquier actividad que provoque torsión o giro excesivo en la rodilla, especialmente al aplicar todo tu peso sobre ella, puede resultar en un desgarro meniscal.

“Por lo tanto, esta lesión no se limita únicamente a personas jóvenes o deportistas. Además, los meniscos pueden desgastarse o romperse de manera lenta y progresiva, lo que puede ocurrir en personas de edad avanzada”, sostiene el profesional.

Síntomas y diagnóstico

El especialista en rodilla manifiesta que, en caso de desgarro del menisco, podrían pasar 24 horas o incluso más tiempo hasta que aparezca el dolor y la hinchazón, siendo algunas manifestaciones de ello el dolor intermitente frente a alguna actividad; hinchazón producto de una mayor cantidad de líquido articular; dificultad para enderezar completamente la rodilla; sensación de que la rodilla está trabada al tratar de moverla, y sensación de que la rodilla se afloja.

“Si se presenta uno o más de los síntomas mencionados, se debe visitar a un traumatólogo especialista en rodilla. A través de un examen físico, que puede incluir la colocación de la rodilla y la pierna en diferentes posiciones o la observación de la forma de caminar, el traumatólogo podrá identificar en la mayoría de los casos la rotura del menisco”, afirma el Dr. Cristián Blanco.

En algunos casos, añade, se emplean imágenes de diagnóstico como radiografías (para descartar otras lesiones en la rodilla) y resonancia magnética, la cual es capaz de producir imágenes detalladas de los tejidos duros y blandos de la rodilla. Por excelencia, resalta, la resonancia magnética es el mejor examen de diagnóstico para esta lesión.

Rotura y operación de un menisco

En este ámbito, el Dr. Blanco sostiene que las roturas de meniscos asociadas con artrosis , y aquellas que no están relacionadas con un bloqueo, pueden mejorar con el tiempo cuando se trata la afección y se vuelven menos dolorosas con el pasar de los días, por lo que no requieren cirugía. “En estos casos, el médico puede recomendar al paciente reposo, aplicación de frío, medicamentos y terapia kinesiológica”.

Por el contrario, si después de estas alternativas el dolor de rodilla persiste o bien la rodilla sigue bloqueada, el traumatólogo tratante podría recomendar una cirugía. En algunos casos, es posible reparar un menisco roto (desgarrado), especialmente en niños o adultos jóvenes. Si no es posible la reparación, el menisco puede recortarse quirúrgicamente mediante una técnica mínimamente invasiva conocida como artroscopia.

“Durante la cirugía de menisco por artroscopia, el cirujano inserta a través de una pequeña abertura un tubo delgado conectado a una cámara de video, lo que permite observar el interior de la rodilla sin necesidad de realizar una gran incisión. A través de otra abertura similar, se introducen pinzas muy finas para realizar la cirugía meniscal. El cirujano siempre intentará conservar el menisco utilizando suturas. En casos donde no es posible, se realiza una resección de la parte lesionada, conocida como meniscectomía”, explica.

Respecto de los riesgos de esta intervención, expresa que al tratarse de una cirugía con incisiones mínimas los riesgos son bajos y acotados, pero los hay, como la enfermedad tromboembólica, la infección, la rigidez de rodilla y el edema óseo posterior.

Comenta que la cirugía de meniscos es breve (ambulatoria) y siempre se realiza por vía artroscópica. Durante los primeros días es crucial proteger la rodilla operada, guardar reposo, aplicar frío y mantener elevada la articulación para evitar la inflamación.

Después de cinco a seis días de la cirugía, debe comenzar la rehabilitación, inicialmente con tratamiento kinesiológico que ayudará a reducir la inflamación y mejorar la movilidad de la rodilla. La recuperación completa puede tomar entre 1 y 3 meses en la mayoría de los casos.

“La kinesioterapia ayuda a muchos pacientes a una recuperación más rápida y, en especial, si tenemos como objetivo el retorno deportivo. Sin embargo, hay pacientes que logran una muy buena funcionalidad sin ayuda kinésica. En este sentido, si la rodilla presenta sólo una lesión meniscal y no asociada a otras situaciones, como la lesión de cartílago, ligamentos, artrosis y otras, el retorno deportivo es muy posible en la mayoría de estos casos”, destaca el Dr. Cristián Blanco.

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